domingo, 9 de octubre de 2016

La berrea del ciervo.

La Península Ibérica cuenta con una enorme cantidad de espectáculos naturales, siendo estos cada vez más escasos debido a la presión antrópica.

Al acabar el verano, los bosques y montes se llenan del profundo y grave sonido de uno de los grandes de la fauna ibérica. Es el momento de ese espectáculo natural conocido como la berrea del ciervo.




Los ciervos rojos (Cervus elaphus) son la especie de cérvido más grande de la fauna ibérica y a menudo estos enormes astados son conocidos como los "señores del bosque".

En esta ocasión, estas jornadas de campo fueron en la inestimable compañía de padre, Manuel, con quien hacía casi un año que no disfrutaba de salidas exclusivamente faunisticas padre e hijo. Hasta tierras de Ciudad Real nos movimos para disfrutar de la berrea.


 Llegado el final de Agosto o Septiembre, los machos de ciervo, llenos de testosterona se esfuerzan en atraer a las hembras de los montes cercanos, dispuestos a retener su atención y formar un harén con el que copular y transmitir sus genes.



En su cometido, realizan el display que da nombre a este fenómeno: "la berrea". Los machos berrean elevando sus voces graves  en un grito prolongado que recorre los montes y bosques.

 Gracias a Jose María quien conoce a la perfección a los ciervos de sus tierras, nos posicionamos en una raña ocupada por estos animales en la época de celo. Los machos de manera incansable no paraban de berrear y berrear para mantener la atención de sus hembras.

Al mismo tiempo, estos gritos son una demostración de su poderío hacia los otros machos.



El señor del bosque no deja de esforzarse en mantener a las ciervas formando parte de su harén, o tratando de captar a otras hembras que pasen por las cercanías. Esto requerirá todo su esfuerzo durante días en los que se olvidará incluso de comer y pasará factura a su estado físico, todo un riesgo por conseguir el fin biológico de transmitir sus genes.



Y es que el rey del bosque tiene tantos quehaceres en invertir sus esfuerzos que a veces puede llegar un joven macho como este a aprovechar una oportunidad de distración del gran ciervo. Lo más seguro es que las ciervas ya estén cubiertas por los grandes machos de su elección, y que la bravuconería de este joven macho solo le sirva para calentar motores cuando llegu su momento.




Los grandes machos no tolerarán intrusiones en su harén y retarán a todo aquel, joven o viejo, que no se aleje del harén ante su presencia.


El señor del bosque berrea reafirmando el dominio de su harén.



Es esta una actividad que le llevará la mayoría de sus horas del celo.

Y llegado el momento de que otro macho se acerque desafiante a su grupo de hembras.
























Él no tardará en defender su oportunidad en esta vida para cumplir el ciclo y transmitir sus genes.























El éxito de la berrea es una nueva generación de ciervos que continúen llenando el aire ibérico con su potente canto.



Y aquellos macho perífericos sin harén que no han cumplido este año, podrán volverlo a intentar el próximo otoño, si no caen presa de las escopetas.
























Todas las fotos son propiedad de Marco Ansón © todos los derechos reservados.

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